Este famoso bolero escrito en 1945 fue dedicado por la pianista y compositora cubana Isolina Carrillo a su marido, el barítono Guillermo Arronte.
En palabras de la autora: «Dos Gardenias descansa en una subyugante melodía llena de gracia y sinceridad».
No puedo estar más de acuerdo, pues la interválica angulosa de este bolero lo hace único. La letra es la sincera fotografía de los tiempos del amor a través del regalo de dos flores… la interválica inestable en ciertos lugares apuntala esa sensación de fragilidad, de algo que puede efectivamente morir fácilmente. El uso magistral de los espacios y la dosificación de las frases melódicas posibilita una cantidad muy generosa de rearmonización (como en esta versión que os comparto).
El puertorriqueño Daniel Santos fue el primero en grabarla y popularizarla (con la magistral orquestación de Pérez Prado). Las más afamadas interpretaciones de Dos Gardenias fueron las de Nat King Cole, Antonio Machín y Omara Portuondo.